¿Polentas combativas, peleonas y CNV puede ser?
- Jacqueline Fernández
- 7 dic 2020
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 17 sept 2023
Charlando en Radio Pedal el 5/11/2020_
Programa: Revolviendo la polenta_ Insultos II
Aquí solo las preguntas y respuestas.
Toda la conversa comentada por Deborah y Adelina en:
(min 48:50)

1_ ¿Qué es la Comunicación No Violenta (CNV)?
(aquí una versión más larga de respuesta que la que di para el programa)
Debe haber tantas aproximaciones como personas en este camino. Al principio pensé que era una técnica para expresarme diferente, y con los años fui viendo que tiene un alcance profundo en su invitación a transformarme y en motivarme a transformar el afuera.
Y este es el enfoque que me hace más sentido a mí, para presentar la CNV, el de verla como un camino de transformación personal y a la vez un camino para el cambio social. Y esto unido, porque mucha de las ideas de cómo cambiar lo sistémico tienen que ver con ser une misme el cambio.
La CNV les da un lugar central a las necesidades, las diferencia fuertemente de las estrategias, así como al estilo de Max Neef en desarrollo a escala humana diferencia necesidades de satisfactores.
Desde la CNV ve las emociones como resultado de nuestras necesidades y de las narrativas que interiorizamos o creamos, que son como los lentes con los que vemos la vida. También la CNV propone narrativas nuevas, por ejemplo, la idea de que todo lo que hacemos lo hacemos para cuidar de alguna de nuestras necesidades. Este es el punto más compasivo de la CNV. La violencia se entiende como expresión trágica de necesidades.
Entonces la CNV tiene mucho de mirar para adentro, para entender lo que hago y lo que siento, lo que necesito, y el cuento que me estoy contando que tiñe lo que veo. Mirar qué cuento me estoy contando sobre mis capacidades, mis posibilidades, sobre los ortes, lo que deberían, lo que espero de elles. Y también de lo que necesito, qué me esta moviendo a actuar en el mundo, o me moviliza por dentro y todo eso se queda adentro de mi haciendo un revoltijo en la panza.
Y, por otro lado, el afuera, el mundo, la sociedad, el sistema en el que organizamos la vida, que condiciona totalmente nuestras posibilidades de cuidar y de vivir nuestras necesidades, las formas en las que puedo vivir mi necesidad de intimidad, hay una narrativa sobre lo que debería ser y también hay narrativas emergentes, o cómo cuidar mi necesidad de seguridad, cual es la forma para eso? ¿Es militarizar la estrategia? ¿Es reprimiendo las disidencias de la norma? Todes tenemos necesidad de seguridad, (esto es lo común) pero qué entendemos por seguridad, cómo me doy, como nos damos esa seguridad (las estrategias, son diferentes en cada cultura, en cada subcultura, en cada persona) Y qué tanta posibilidad de cuidar de esa necesidad tenemos esto depende del nivel sistémico, con sus formas de opresión y privilegios, con sus narrativas dominantes.
Lo mismo con la necesidad de identidad, para cada necesidad hay dos trabajos que hacer, el conectar con mis anhelos, mi deseo, mi energía interna de ser yo misma, y también hay que acomodar el afuera porque ahí afuera se juega quien puede y quien no, expresar sus necesidades, explorarlas, vivirlas.
En el adentro el trabajo es de reconectar, de conocernos, de valor y validar nuestra experiencia interna como verdadera, y en el afuera están los grupos, los círculos, la acción colectiva, el reconocer que no estamos soles si no nos va la forma en que está pautado e impuesto el como cuidar nuestras necesidades. Y más allá de lo grupal o interpresonal esta lo sistémico, la estructura y sus formas de opresión, las narrativas consolidadas.
2_ ¿Cómo se entiende el insulto desde la CNV?
El insulto puede verse desde la CNV como la expresión trágica de necesidades no satisfechas, de necesidades que no encuentran otra vía para expresarse o vivirse.
Con el insulto reclamo, señalo, denuncio, grito. Muchas veces son formas en las que gritamos yo también “existo”, mis necesidades cuentan!
Generalmente cuando insultamos sentimos ira, furia, y detrás de eso muchas veces hay otras emociones que están más directamente ligadas con nuestras necesidades no satisfechas, puede ser impotencia, indignación, vergüenza, frustración, confusión, ansiedad, a veces miedo, a veces mucho dolor.
Creo que siempre en la ira hay un trasfondo de “no me ves” no me reconoces, no me respetas, no me valoras, y cosas así, entonces los insultos son reclamos, pero como atacan a la otra persona, se vuelven trágicos. Porque como mucho puedo obtener guerra.
Y se puede ganar obvio. Lo que no se puede es lograr el reconocimiento del nuestro valor, del valor de nuestras formas de vida, o las buenas razones por las que queremos que las cosas sean así o aza. Eso no va a surgir de una guerra.
Por ejemplo, si le digo a alguien: “egoísta de mierda” ¿Cuáles serán mis necesidades no satisfechas? quizás tiene que ver con que necesito apoyo (y tengo la expectativa de que esa persona me lo dé), quizás preciso claridad, de qué hago en esta relación (por que sí, me esperaba otra cosa). Quizás preciso valoración del tiempo que dedico a que esta “empresa” funcione (y creo que la otra persona no lo ve, o creo que si lo viera actuaría de otra manera). Necesidades y cuentos que me cuento…
O, por ejemplo, “sos una gordita medio pelo” lanzado como dardo de ahogado a la mujer que te dijo que no en el bar. Podemos pensar qué necesidades de él están ahí expresándose, quizás la necesidad de reconocer su propio valor, una necesidad de apreciación (porque cree que ese no, significa no vales). Quizás sintió dolor, le recordó aquel “no” difícil de digerir que todavía tiene ahí trancado (necesidad de duelo, de aceptación). Quizás necesidad de claridad, porque cómo si yo hice tremendo cortejo y soy varón apuesto, ¿Qué salió mal? (y ahí la narrativa siempre lista “ella salió mal”).
3_ En este acercamiento compasivo que haces a la persona que insulto, ¿Qué pasa con tanta compasión al varón insultador? Me quedo inconforme en esto de la invitación a pensar en las necesidades de él, ¡yo no quiero pensar en las necesidades de él, tengo que pensar en las nuestras! ¿Es compatible en este sentido la CNV con la lucha feminista? ¿Con los insultos machistas, vamos a andar comprendiendo a los varones que nos insultan? ¿Ese es el camino?
Sí, que buena pregunta. Es importante esto que traes porque hay más cosas que decir, que, si no son dichas, se invisibilizan diferencias importantes. Creo que, por un lado, el insulto machista tiene la misma fuente interna que cualquier otro insulto (necesidades insatisfechas y ciertas narrativas). Y de ahí los ejemplos que decía.
Pero claro esa no es toda la historia. ¿por qué hay más formas de insultar a mujeres que de insultar a hombres? ¿O por qué hay más insultos de hombre a mujer que al revés? Bueno, desde la CNV se cree que necesidades tenemos por igual. Pero esto es como la mirada desde adentro, también hay un afuera, que explica la suerte que corren las necesidades de cada grupo y cuáles estrategias de satisfacción de las necesidades son aceptadas y cuáles no. Ahí es donde entran las diferencias más significativas, en el terreno de la jerarquía de necesidades (qué necesidades importan más) y en la reproducción de las estrategias (qué estrategias son aceptadas y cultivadas socialmente como válidas y cuáles no).
Entonces, si miramos el insulto machista en particular y como tal, ahora desde afuera, vemos que es una estrategia permitida y validada por una narrativa dominante patriarcal. Que es una de las tantas expresiones del “pase y sírvase que del otro lado no hay una persona”, estrategias arrazantes, inhumanizantes, cosificantes. Nos han violado para cuidar de sus necesidades.
El problema con el insulto machista es el mismo, desde la mirada de necesidades, que el problema de cualquier otra expresión del machismo el hecho de que un grupo cuida sus necesidades de seguridad o afirmación o x, con estrategias que traen aparejado que otro grupo no puede cubrir sus necesidades de libertad, de identidad, de seguridad, o incluso de sobrevivencia.
Entonces decir que hay necesidades moviéndonos detrás del insulto no es decir que todos los insultos caen en la misma bolsa. Detrás de todas las acciones, desde la CNV, se entiende que hay necesidades, este es el aspecto universal. Pero no todas las acciones son iguales, no todos los daños son opresión. Hay distintas condiciones sistémicas que hacen que algunas estrategias para cuidar necesidades tengan un privilegio, y como contracara una negación de oportunidades de satisfacer necesidades de realización y vitales de supervivencia. Entonces, ahí está la diferencia. No somos diferentes en que tengamos o no tengamos necesidades, eso es lo que compartimos, sino que la suerte que corren nuestras necesidades es distinta. Y en el insulto pasa igual.
4_ ¿Hay algo que quieras dejar planteado?
Sí, unas preguntas. Sobre el adentro:
¿Cómo te llega la idea de que el insulto que recibis no habla de vos, sino que habla de la otra persona, que es su modo trágico de expresar sus necesidades, aunque no sepamos o no nos importe cuáles sean?
¿Qué necesidades tuyas no se satisfacen cuando recibis un insulto?
Y sobre el afuera:
Y en esto de proyectar utopías: ¿las necesidades de todes quisieras que importan igual?
¿Cómo desarmamos privilegios ajenos/propios? y los que no podamos desarmar (como el color de nuestra piel, todo aquello en lo que sí calzamos con los estereotipos “correctos” del sistema patriarcal, la suerte que ya hemos tenido, como el no haber tenido que pagar alquiler para tener una tierra de habitación, etc, etc, etc, infinito) ¿cómo podemos desde nuestro lugar de influencia poner nuestros privilegios al servicio de la vida en todas sus manifestaciones?
Por ahí cierro. Y agradezco me hayan dejado poner esta voz mía en esta conversa sobre el insulto.
Jacqueline Fernández
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